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jueves, 30 de octubre de 2008

Robo

Cómo actuar ante un intento de robo en Argentina:

Tengo un sueño muy liviano, y la noche pasada noté que había alguién andando sigilosamente por el jardín de mi casa....Me levanté silenciosamente y me quedé siguiendo los leves ruidos que venían de afuera, hasta ver una silueta pasando por la ventana del baño. ....Como mi casa es muy segura, con rejas en las ventanas y trancas internas en las puertas, no me preocupé demasiado, pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí, contemplándolo tranquilamente... ....Llamé a la policía e informé la situación y di mi dirección. ....Me preguntaron si el ladrón estaba armado; de que calibre era el arma; si estaba solo; si ya estaba dentro de la casa; etc., etc. ....Aclaré que no y que de las características del arma no sabía nada... Me dijeron que no había ningún patrullero para ayudar, pero que iban a mandar a alguién en el momento que fuera posible. Que si pasaba algo que volviera a llamar ...!!!! ....Dos minutos después llamé nuevamente y dije con voz muy calmada: ...No hay necesidad de que se apuren. ....Yo ya maté al tipo con un tiro de escopeta calibre 12, que tengo guardada para estas situaciones. Y el tiro se lo pegué en la cara...!!! Le volé la cabeza y ahora sus sesos están regados por el jardín... ....Pasados menos de tres minutos, había en mi calle 5 patrulleros de la Policía Federal; un helicóptero; el defensor del pueblo, el fiscal de turno, 2 patrullas de Defensa Civil, un equipo de reporteros de Televisión; fotógrafos; 1 diputado, 2 concejales y un grupo de derechos humanos, que desde luego no se perderían esto por nada del mundo. También llego la Bonafini con Schoklender. Y Zaffaroni llamó por teléfono... ....La Policía agarró al ladrón in fraganti, quien estaba mirando todo con cara de asombro, tal vez pensando que la mía era la casa del Jefe de Policía... ....En medio del tumulto, un Oficial se aproximó y me dijo: Creí que había dicho que había matado al ladrón. Yo le contesté: Creí que me habían dicho que no tenían a nadie disponible para mandar.