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domingo, 7 de septiembre de 2008

Hoy asado otra vez...
He visto a mis sobrinos, sólo a 6, y siempre me sorprendo del caos que hay alrededor nuestro con tanto chico suelto y uno le resulta totalmente normal. Pienso que si fueran de otro clan seguramente no me faltarían ganas de estamparlos contra la pared, pero como son de mi sangre encuentro el alboroto muy divertido, natural y agradable. Lo que no soporto, y en nuestro caso no se da, los chicos malcriados, si, pueden hacer berrinche y gritar de vez en cuando, después de todo son chicos, pero aquellos que gritan en mitad de un super, de un restaurante, en el colectivo (autobus), etc. y los padres continuan su charla como si nada, como si el molesto ruidito de esos enanos maleducados fuera algo más sin darle un buen coscorrón o amenazarlos conque el coco se los va a llevar si continúan con el griterio, pero nada de nada, y ahí me da ganas no solo de estampar al pendejo gritón sino a los padres....
Por suerte con mis sobrinos he desarrollado mi paciencia y me calma imaginarme como quedaría esos muchachitos ajenos estampados en la pared... hacen ejercitar mi imaginación.